Islandia: un país insólito

Islandia sorprende por sus paisajes y por su singularidad. Una gran isla en medio de un océano al fin y al cabo tiene que tener sus peculiaridades.

Este viaje es ideal para realizarlo con cualquiera de nuestros accesorios de viajes ya que no pararemos de recorrer el país.

Empezamos por su capital.

Como si de un cuento se tratase, así son las calles de Reikiavik. Su capital es la ciudad más grande del país. En ella existen edificios más altos que el resto del país donde normalmente no superan las tres plantas, calles empedradas y arquitectura muy cubista, así se podría describir Reikiavik. Las calles del centro están plagadas de pinturas tanto en edificios como en el suelo, quizás signo de alegría ante unos inviernos tan fríos.

El símbolo de la ciudad sin duda es su catedral, Hallgrimskirkja. Totalmente atípica es espectacular verla desde sus pies. Esta catedral luterana tiene tan sólo de 35 años y mide 75 metros de altura, pero al estar situada en una colina de la ciudad la hace más imponente.

Como curiosidad os diremos que se tardó en construir 38 años a pesar de no ser una edificación tan grande.

Entorno a Reikiavik existe el llamado círculo dorado, una ruta turística que ya describe como es la gran parte del país y su relieve típico.

Lo que más abunda en Islandia, las cascadas. Cerca de Reikiavik se halla la cascada de Gulfoss,que se comprende en varios tramos. Tienen una altura de 32 metros.

Muy cerca de allí a tan solo 10 minutos se encuentra Geysir. Una serie de géisers (un total de 6) en el que cada 5-10 minutos aparece una lengua de agua y vapor de aire a altas temperaturas hacia el cielo.

Cerca de ambas atracciones turísticas se sitúan las termas naturales de Hot Springs cerca de Fludir (merece la pena la experiencia). Debido a que Islandia es una isla volcánica surgen estas aguas termales a unos 40º C. Curiosa sensación de tener sumergido parte del cuerpo a unos 40º de diferencia con respecto a la parte que está fuera del agua.

Más apartado y en la zona sur del país está la cascada de Skogafoss, que la puedes visitar tanto desde abajo como desde arriba. La vista inferior (a pie del suelo) de esta cascada es increíble y una de las grandes diferencia entre esta cascada y las del resto del país.

Seguidamente, a 20 minutos hacia el este se encuentra la atracción turística más instagrameable, el avión militar estadounidense de la Guerra Fría que lleva casi 50 años estrellado en tierras islandesas, cuando tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia. En su momento ese aterrizaje fue un éxito puesto que no hubo que lamentar víctimas mortales.

Continuando con el círculo dorado y volviendo hacia el oeste se encuentra el mítico cráter Kerid, no hay que olvidar que Islandia es una isla volcánica. Se trata de un lago-cráter ya que alberga agua desde su descubrimiento, con una profundidad de 14 metros. Este cráter de unos 3000 años de antigüedad mide 170 metros de ancho y 270 metros de largo.

Cerca de Kerid está el parque nacional de Thingvellir, que incluye en su terreno el lago que da el mismo nombre y uno de los 5 más grandes del país. Este parque nacional recibe el nombre del valle donde se encuentra. Es uno de los paseos más agradecidos de este viaje. Declarado parque nacional desde 1928 pertenece también al Círculo Dorado.

De vuelta a Reikiavik y para acabar una jornada están las aguas termales naturales del Blue Lagoon, sin duda un baño a 38º al aire libre es una experiencia diferente a la par que relajante. Sin duda es el más conocido del país y más cercano a su capital. Compuesto por sílice y azufre da un color azul cielo al agua muy característico.

Una excursión muy interesante y de camino hacia el norte es la del glaciar Langjokull, en el cual puedes entrar a 100 metros de un glaciar. Excursión fría pero muy interesante. En está visita aprenderás en primera línea cómo se acumula el hielo y poder saber cuantos años lleva este ahí. Hay que tener precaución de no resbalar pero aun así la visita es increíble.

A parte de la entrada al glaciar, el paseo en autobús 4x4 es una experiencia digna de admirar también en sus paisajes, un desierto blanco de hielo mires donde mires.

La siguiente parada se trata en casi el lado opuesto de la isla, en el noreste, donde su ciudad más importante es Husavik, de la cual parten barcos para el avistamiento de ballenas. Ciudad pesquera y con un encanto en sus calles donde comer buen pescado.

Además está cerca del lago Masvatn y de la cascada Godafoss, una enorme y espectacular cascada, la más importante del norte de la isla, con un ancho de 30 metros y una altura de 12 metros. Su nombre significa "Cascada de los Dioses" y es que según cuenta la leyenda, se lanzaban los iconos paganos cuando se cristianizó Islandia.

Cerca de allí y hacia el interior se puede visitar el volcán Askja solo con vehículos preparados para el terreno.

Hacia el oeste poca atracción turística (además de las vistas de Islandia) hay, a excepción de un pueblito llamado Seyðisfjörður, donde su encanto hará que merezca la pena haber gastado 3 horas de viaje. Su estampa más conocida es la de unas baldosas de colores acercándose a su iglesia.

Aunque lo ideal es volver hacia el oeste, y a mitad de camino visitar la famosa roca Hvítserkur (roca con forma de elefante que se hizo conocida a través de internet) para luego continuar a la península que hay al noroeste, donde visitar Arnarstapi. Un pueblo pequeño pero con unos acantilados increíbles. Pueblo de pescadores por la buena orientación hacia el mar, contiene una de gran variedad de aves en esta región. Este pueblo da la entrada al Parque Nacional de Snæfellsjökull, el cual merece la pena recorrer.

Dentro de esta península merece la pena ver Dynjandi, donde existen las cascadas más anchas del país. Compuesta por 7 saltos, una altura total de 100 metros, 30 metros de ancho en la parte superior y 60 metros en la parte inferior. Espectaculares.

De ahí toca la vuelta a Reikiavik para coger el avión de regreso a Madrid en unas 4 horas en coche.

Lo genial de Islandia es recorrerla en coche y ver los increíbles paisajes del país, difíciles de encontrar en otro lugar del mundo.

Y como no recorrerla con algunos de nuestros accesorios de viajes.

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